A comienzos de los años '30, la debacle iniciada en la Bolsa de Nueva York, destruyó los fundamentos del Capitalismo: la producción, el comercio internacional y el sistema monetario internacional.
El mundo estaba sumido en una gran depresión económica, lo cual quiere decir que a nivel planetario existía una disminución de la producción, lo cual trajo aparejado:
el aumento del desempleo,
la disminución de los ingresos de las familias,
la contracción de la demanda y
el desarrollo de procesos de deflación, entre otras consecuencias.
Sólo la Unión Soviética, con su economía Socialista, cerrada al comercio internacional, logró salir airosa de esta situación.
Las consecuencias sociales fueron devastadoras a escala mundial:
La disminución de los salarios y el desempleo fueron los fenómenos generalizados. Buena parte de la clase obrera y los campesinos sufrió la miseria y la indigencia, mientras que las clases medias iniciaron un proceso de proletarización. En el ámbito político, a ineficacia de la mayor parte de los gobiernos para actuar contra la crisis llevó a la población a cuestionar la democracia liberal y a buscar soluciones en ideologías extremistas, anticapitalistas y antidemocráticas, que defendían Estados autoritarios, ya fueran de tendencia comunista o fascista.
STALIN (U.R.S.S)
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